En el entorno profesional actual, el personal branding se ha convertido en una prioridad para muchos. Sin embargo, esta tendencia tiene implicancias preocupantes que vale la pena examinar. Cada vez más, los profesionales están enfocados en construir y mantener una marca personal, pero ¿a qué costo?
El concepto de marca personal se presenta como una herramienta poderosa para destacar en el mercado y avanzar en la carrera profesional. Sin embargo, detrás de esta práctica se esconden varios desafíos y riesgos. La presión por mantener una imagen constante y coherente puede llevar a una representación superficial y deshumanizada de uno mismo. La autenticidad, valor fundamental en la creación de una marca personal, se convierte en una tarea ardua y, en muchos casos, artificial.
Además, el enfoque excesivo en la marca personal puede desviar la atención de aspectos cruciales como el desarrollo de habilidades reales y la creación de relaciones genuinas. En lugar de centrarse en el crecimiento personal y profesional, muchos se ven atrapados en la necesidad constante de autopromoción y gestión de su imagen pública.
Otro problema significativo es la pérdida de privacidad. Al exponer aspectos personales y profesionales en redes sociales, se corre el riesgo de volverse vulnerable a críticas, ataques y expectativas poco realistas. La línea entre la vida personal y profesional se vuelve borrosa, lo que puede llevar a un agotamiento emocional y a la pérdida de autenticidad.
En mi caso personal, entre los años 2008 y 2010, sin proponérmelo, creé una imagen personal sustentada en mi experiencia en blogs y medios digitales. Esto me trajo muchos beneficios, como poder emprender y crear mi propia agencia. Sin embargo, cuando me di cuenta de esto, me vi en la disyuntiva de seguir con mi "personal branding" o enfocarme en el proyecto de agencia que estaba emprendiendo. Decidí lo segundo, ya que no me sentía cómodo yendo a eventos de marcas, haciendo campañas y al mismo tiempo tratando de ser auténtico. Sentí que me convertí en un proto-influencer, y no me gustaba la superficialidad con la que se estaba "profesionalizando" ese oficio. Ahora, veo con desconfianza este fenómeno; sigo sintiendo que es muy efímero y prefiero enfocarme en lo que mejor sé hacer: ser yo mismo.
La solución no es rechazar completamente el personal branding, sino abordarlo de manera consciente y equilibrada. En lugar de centrarse únicamente en la autopromoción, los profesionales deberían enfocarse en el desarrollo de habilidades, el aprendizaje continuo y la construcción de relaciones significativas. La autenticidad debe surgir de un lugar genuino, no como una estrategia de marketing.
Es crucial recordar que una carrera exitosa no se construye solo en la percepción pública, sino en el valor real que se aporta y en las conexiones auténticas que se forman. En nlace, creemos que el verdadero éxito radica en ser fiel a uno mismo y en contribuir de manera significativa a la sociedad, más allá de la fachada de una marca personal.
